Lucha Contra Despidos Masivos y Asesinatos Racistas en Hospital de Chicago
CHICAGO, 10 de noviembre — “¿De quién es este hospital? ¡Nuestro!” Ni el frio y unos cuantos copos de nieve pudieron parar al pequeño grupo de manifestantes que consistía de amigos y familiares de David Moreno, miembros de la comunidad y empleados del Hospital del condado. Los trabajadores del hospital Stroger estaban furiosos porque se han enviado 1,800 cartas de despidos. La familia de David protestaba los planes del hospital de trasladarlo al Centro de Rehabilitación Respiratoria Oak Lawn, centro con servicio de baja calidad.
Otro paciente del condado, quien también dependía de un respirador, había sido trasladado y pronto su salud se complicó, muriendo hace apenas unas semanas. La administración del condado, en vez de investigar ese lugar, se preparaba para enviar a David a ese centro. El 13 de octubre un grupo de trabajadores del hospital, animados por la familia de David, mantuvieron una ruidosa protesta para dar a conocer este plan asesino. Aunque el hospital se retractó, no le dieron a David ni a su familia ninguna garantía de proveerle los servicios de salud que necesita. Es por eso que su primo insistió en organizar esta manifestación.
Mientras tanto, los patrones del hospital ya amenazaron con despidos, avivando aún más la rabia y el miedo de cientos de trabajadores. El hospital ya está peligrosamente bajo en personal. Para algunos trabajadores la rabia se sobrepuso al miedo y fueron a la manifestación. Muchos más demostraron su apoyo de diferentes maneras.
El fin de semana de la manifestación se pudieron ver las consecuencias de la falta de personal. Un paciente corto el catéter que tenía en la vena y se desangro. Cuando fue descubierto, ya era muy tarde para salvar su vida. La enfermera que había sido asignada a este paciente tenía otros seis pacientes que atender. Esto no es algo inusual en el hospital. Pero los estudios muestran que más de cuatro pacientes por enfermera están altamente asociados al aumento en la tasa de muertes. A los patrones les importa poco tener más personal en Stroger, pues nos hacemos cargo de trabajadores sin seguro médico, que son en su mayoría negros, inmigrantes y blancos pobres, quienes no tienen otra alternativa de cuidado de la salud. La falta de personal por parte de la administración es un ataque racista que lleva directamente a la muerte de pacientes.
Hay algo muy profundo en la consigna “¿De quien es este hospital? ¡Nuestro! Claro que bajo el capitalismo los llamados hospitales “públicos” como Stroger, no son controlados por la clase trabajadora, aunque los trabajadores son más del 80% de la población. Un Consejo Directivo, Con Warren Batts a la cabeza, ex ejecutivo de Tupperware Corporation, maneja la dirección y su política además controla a quien se emplea y despide. La policía de este hospital “publico” constantemente les dice a los manifestantes que tienen que desalojar pues están en “propiedad privada.”