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 Progressive Labor Party on Race & Racism

OUR FIGHT

 

Progressive Labor Party (PLP) fights to destroy capitalism and the dictatorship of the capitalist class. We organize workers, soldiers and youth into a revolutionary movement for communism.

Only the dictatorship of the working class — communism — can provide a lasting solution to the disaster that is today’s world for billions of people. This cannot be done through electoral politics, but requires a revolutionary movement and a mass Red Army led by PLP.

Worldwide capitalism, in its relentless drive for profit, inevitably leads to war, fascism, poverty, disease, starvation and environmental destruction. The capitalist class, through its state power — governments, armies, police, schools and culture —  maintains a dictatorship over the world’s workers. The capitalist dictatorship supports, and is supported by, the anti-working-class ideologies of racism, sexism, nationalism, individualism and religion.

While the bosses and their mouthpieces claim “communism is dead,” capitalism is the real failure for billions worldwide. Capitalism returned to Russia and China because socialism retained many aspects of the profit system, like wages and privileges. Russia and China did not establish communism.

Communism means working collectively to build a worker-run society. We will abolish work for wages, money and profits. Everyone will share in society’s benefits and burdens. 

Communism means abolishing racism and the concept of “race.” Capitalism uses racism to super-exploit black, Latino, Asian and indigenous workers, and to divide the entire working class.

Communism means abolishing the special oppression of women — sexism — and divisive gender roles created by the class society.

Communism means abolishing nations and nationalism. One international working class, one world, one Party.

Communism means that the minds of millions of workers must become free from religion’s false promises, unscientific thinking and poisonous ideology. Communism will triumph when the masses of workers can use the science of dialectical materialism to understand, analyze and change the world to meet their needs and aspirations.

  Communism means the Party leads every aspect of society. For this to work, millions of workers — eventually everyone — must become communist organizers. Join Us!

 

 

 

 

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Thursday
Aug142014

Cuentos de la Revolución Cultural No Policias, No Crimen

Occidente caracteriza a China como un estado policial. Y es verdad, hubo un gran aumento en el número de policías después de las reformas económicas de Deng Xiaoping al principio de los 80, y mucho más aun después de 1989, cuando el gobierno capitalista de estado aplastó brutalmente al movimiento de masas “pro democracia” en la Plaza Tiananmen. De hecho, se podría decir que la presencia policial en China ha crecido en proporción al desarrollo del país como gran potencia capitalista.
Pero hubo un tiempo en que la presencia de la policía China era casi inexistente, específicamente durante la Gran Revolución Cultural Proletaria. Curiosamente, con menos policías, había menos crímenes. Cuando no había policías, no había crímenes. Con una comunidad fuerte y organizada, no hay necesidad ni lugar para la policía en la sociedad.
Durante la Revolución Cultural, había cerca de un millón de personas en mi condado, pero sólo alrededor de treinta oficiales de la policía. Nuestra Comuna de Chengguan incluía cincuenta villas, muchas fábricas, y negocios en las más grandes ciudades del condado. Pero la central de la comuna tenía sólo cinco oficiales de la policía.
Durante este tiempo había cerca de 1,000 personas en mi villa. En la escuela intermedia, mis compañeros venían de siete villas aledañas. En la secundaria estaban representadas todas las cincuenta villas de la comunidad y muchas de las empresas estatales. Durante los diez años de la Revolución Cultural, nunca supe de ninguna actividad criminal en mi villa o en ninguna de las villas aledañas.
Ciertamente, hubo “crímenes”, pero el gobierno de la villa se negó a tratarlos como tales. Los líderes de la villa nunca llamaron a la policía para las investigaciones; nunca castigaron a las personas involucradas como criminales. A través de la mediación, las críticas públicas y la compensación económica, las villas se ocuparon de estos casos sin enviar a nadie a la cárcel. Me acuerdo de cuatro casos que ilustran como nuestras comunidades rurales se ocupaban del crimen. Era superior a cualquier otro modelo que he visto desde entonces.       
La Comunidad Trabaja por la Paz
Un caso concierne a mi mejor amigo y su familia. Su hermano mayor jugaba con su honda después de clases, como todos los muchachos de mi villa. Su tío criaba palomas como animales domésticos, y sus vuelos sobre la villa se convirtieron en algo digno de ver. Un día, su tío acusó al hermano de mi amigo de usar de blanco para su honda a sus palomas y lo abofeteó. Cuando el hermano de mi amigo le contó el incidente a su padre, este fue a confrontar al tío, y pronto se agarraron a los golpes. El padre de mi amigo perdió la primera vuelta; era mayor y el tío más joven había estudiado artes marciales. A la mañana siguiente, mi amigo y su hermano fueron con su padre, pero perdieron otra vez. Como no hubo lesiones graves, la comunidad no intervino en el incidente.
El segundo caso concierne uno de mis compañeros de clases. Su familia emigró al noreste debido a  la escasez de granos causada por una inundación durante el Gran Salto Adelante. Después que la vida en nuestra villa se estabilizó, su familia regresó. Pero como habían vendido todo, necesitaron muebles y utensilios domésticos, y los vecinos y familiares los ayudaron. La tía de mi compañero de clases fue la que más los ayudó, en parte porque su esposo había trabajado en el granero del gobierno y ella estaba relativamente bien. (En 1960, murió por causa de un rayo mientras trataba de proteger el grano de la tormenta. Se le reconoció como a un mártir del estado, que se ocupó de cuidar de su familia. Todos sus hijos ya crecidos encontraron buenos trabajos en las empresas estatales o se integraron al ejército).
Pero el padre de mi compañero de clases discutió con la tía que tanto los había ayudado. En un momento de enojo, la tía se llevó una olla de cocinar que le había dado a la familia. En nuestra región, uno nunca amenaza con llevarse la olla de cocinar de alguien, ya que esto atenta contra la supervivencia de la familia. El padre de mi compañero de clases perdió los estribos y empezó a zarandear a la tía. Ella fue a su casa y regresó con sus dos hijos adolescentes para tratar de  llevarse todos los regalos que le dio a la familia el año anterior. En ese momento, el padre de mi compañero de clases ordenó que sus tres hijos golpearan a palos a sus primos. Los golpearon duramente, hasta que los líderes de la villa llegaron y les ordenaron que pararan.
El hermano mayor de los golpeados primos estaba haciendo su posta en el ejército. Después de recibir un telegrama de su madre, regresó a casa con un oficial de su unidad para asegurarse que la familia estaba protegida y que se la trataba con justicia. Los líderes de la comunidad les explicaron que el problema había sido una disputa familiar que se les fue de las manos. Al final, los líderes de la comunidad convencieron al padre de mi compañero de clases que le pidiera disculpas a la tía, quien aceptó y se hicieron las paces. La disputa se solucionó sin necesidad de recurrir a la policía.          
Mediación de la Comunidad
El tercer caso se dio entre las familias Huang y Yuan en el primer equipo productivo de la villa. La familia Yuan tenía dos hijas y la familia Huang tenía tres, todas casi de la misma edad. A menudo trabajaban juntas en las granjas colectivas. Un día, Yuan Wenyin y Huang Jiashan discutieron y se agarraron a golpes. Todas las hermanas de ambas familias entraron en el pleito. Yuan Wenyin golpeó a Huang Meiyun en la cabeza con una pala. Pronto, los vecinos detuvieron la pelea, pero el padre de Huang Meiyun reclamó que su hija, una de las pocas graduadas de la secundaria, sufrió una lesión cerebral por el golpe. El comité revolucionario de la villa medió en el caso y le pidió a la familia Yuan que pagaran los gastos del cuidado médico de la joven y la compensaran por los puntos perdidos en el trabajo. La familia Yuan aceptó la mediación, otro caso resuelto sin la intervención de la policía.
La Redención de una Tentativa          de Homicidio
El último ejemplo fue un atentado de asesinato cometido por Fu Chengzhen, el hijo único de una campesina acomodada en la villa. Cuando su madre murió, los líderes del tercer equipo de producción lo trataron de ayudar asignándolo a una operación que requería trabajar muy temprano para estar listo para el mercado de las mañanas. Allí se enamoro de su compañera de trabajo, Zhou Dihua, de una familia campesina pobre. Su familia no estaba de acuerdo con la relación e insistió en que debería dejar de verlo. Sin embargo, Fu Chengzhen vendió su casa y el oro de su madre, y la pareja se escapó. Vivieron dos años alejados de la villa, dando a luz un hijo. Cuando el niño tuvo un año, decidieron regresar, pensando que la familia de Zhou Dihua ahora los aceptaría. Pero a su retorno, el padre de Zhou le ordenó quedarse en casa y en secreto maniobró para que una familia que vivía lejos adoptara al niño. Mientras tanto, Fu Chengzhen había quedado indigente y sin casa. Los líderes de la villa lo asignaron a trabajar en un equipo forestal, donde tendría acceso a una casa, cocina, y mucho grano y leña.
El Festival de la Luna es un feriado de reunión familiar en China, en el que todos celebran con su familia bajo la luna llena. La villa le da a cada miembro dos libras de carne, pescado, y una botella de licor. Pero Fu Chengzhen no tenía una familia con la que celebrar, y mientras más pensaba en eso mas enojado se ponía. Decidió entonces matarse y matar a Zhou Dihua.
Tomó veneno y después fue a la casa de Zhou, dirigiéndose directamente al cuarto de Zhou con un cuchillo. En la medida que el veneno tomaba efecto, la visión de Fu se le nublaba y las manos le temblaban. Confundió a la madre por su novia, que estaba sentada en la cama – y la acuchilló. Ella gritó y sus dos hijos entraron y lo amarraron con una soga. Los hermanos estaban a punto de acuchillarlo con su propia arma cuando llegaron los líderes de la comunidad. Estos ordenaron que los hermanos llevaran a Fu Chengzhen y a su víctima al hospital. Por suerte, los doctores pudieron salvarlos a los dos, lo que permitió que los líderes de la villa pudieran ocuparse de la situación sin recurrir a la policía.
Cuando los dos salieron del hospital, los líderes de la villa informaron en una reunión general que la comunidad no había ayudado a Fu Chengzhen lo suficiente. Decidieron darle un lote para que construyera una casa. Un par de años más tarde, inclusive lo ayudaron a encontrar una novia. En 1998, regresé a mi villa y vi a Fu trabajando en la compañía constructora de la villa.  Me dijo que estaba muy agradecido a la comunidad, y que hubiese pasado mucho tiempo en la cárcel si lo hubiesen reportado a la policía. Desde ese tiempo ha estado trabajando con ahínco para devolverle todo lo que le dio la comunidad.
Vi todos estos casos con mis propios ojos mientras crecía en la villa. Lo estoy escribiendo para decirle al mundo que la Revolución Cultural les dio autoridad a las comunidades para que estas se gobiernen sin intervención policial. Estas trataron de encontrar soluciones positivas, inclusive bajo circunstancias difíciles. Muchas personas que pudieron haber sido tratados como criminales fueron capaces de mantenerse como miembros productivos de la sociedad. La comunidad se beneficio de su productividad al mismo tiempo que evitaban el costo de mantener a alguien en prisión. Esto fue ventajoso para todos.

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