Multimillonario de EEUU Financia desalojos de trabajadores y ONG en Jerusalén

Sheikh Jarrah, Este de Jerusalén, 6 de enero. — Activistas palestinos y judíos, entre ellos PLPistas de Israel-Palestina y de EEUU, realizaron una manifestación contra el desalojo racista de familias palestinas de sus casas, en este barrio a pocos minutos del centro de Jerusalén. Los manifestantes exigieron justicia real, el retorno de las familias a sus casas y la salida de este barrio de los violentos colonos racistas y la brutal fuerza policíaca.
Desde la década de 1990, colonos pagados generosamente por las ONG’s El’ad y Ateret Cohanim, utilizan los tribunales israelíes para apoderarse de las casas en este barrio. A pesar de que los residentes palestinos, todos ellos de clase trabajadora, son los propietarios legales de sus hogares y tienen todos los documentos necesarios para probarlo, el tribunal falló a favor de los colonos – Judíos de clase media alta - que sólo poseen documentos de muy dudosa propiedad. Obviamente, el tribunal israelí de “justicia” es abiertamente racista y favorece a los ricos colonos judíos y no a los trabajadores palestinos y judíos.
Tanto las ONG’s como los colonos que operan en el este de Jerusalén, El’ad y Ateret Cohanim, son en gran medida financiados por Irving Moskowitz, un capitalista de EEUU y “filántropo” con sede en Miami, que ha hecho su fortuna con la construcción de hospitales privados y casinos. Moskowitz paga a los colonos para que despojen  a los palestinos de sus casas y sus tierras en el Este de Jerusalén, para que pueda construir proyectos inmobiliarios (para Judíos ricos solamente) a pocos minutos del centro de la ciudad, obteniendo enormes ganancias en el proceso.
Miembros del PLP de Israel-Palestina-EEUU visitaron la casa de la familia al-Kurd. Esta familia había recibido su tierra y su casa de la UNRWA (Agencia de Socorro y de Trabajo de las Naciones Unidas) en 1956. Unos años más tarde el gobierno jordano, que gobernó la Ribera Occidental y Oriental de Jerusalén entre 1948-1967, reconoció a esta familia como los legítimos dueños.
Las escrituras de completa propiedad y 56 años de haber habitado esta casa, no fueron prueba suficiente para el tribunal israelí. En la década de 1990, la familia al-Kurd construyó una vivienda pequeña en su patio para uno de sus hijos. El tribunal israelí dictaminó que esa construcción era “ilegal” y ordenó su desalojo. Desde 1999 a 2009 permaneció vacía.
En 2009, se les permitió a colonos adolescentes vivir en esa unidad, sin pagar alquiler, ¡y se les pagaba también por vivir allí! Estos colonos son muy violentos contra la familia al-Kurd, lanzan sus perros para atacar a los miembros de la familia palestina. Sin embargo, si la familia al-Kurd se atreve a denunciar estos ataques a la policía, ¡ellos mismos son arrestados, y no los colonos agresivos!
El tribunal ha decidido que toda la casa de la familia al-Kurd pertenece a la ONG de los colonos. Y ahora, la familia al-Kurd enfrenta una demanda para que pague una renta muy alta a las ONG por la casa que es de su propiedad.
 Esta es la verdadera cara del capitalismo: vivienda gratis para matones racistas y desalojos para trabajadores. Ya sea que se trate de la ampliación de la Universidad de Columbia en Harlem (a expensas de los trabajadores negros, ver Desafío  ), o la apropiación del Este de Jerusalén por Moskowitz, los patrones recurren a los tribunales, a la policía y al racismo para despojar a la clase trabajadora y obtener enormes ganancias.
Nosotros, trabajadores y desempleados de todas las naciones y grupos étnicos, debemos unirnos y luchar contra estos patrones racistas y su maquinaria estatal fascista, ya sea el fascismo sutil liberal de Obama o el gobierno abiertamente fascista que encabeza Netanyahu. Mientras que los patrones mantengan control del Estado, lo usarán en contra de nuestra clase. La única respuesta real a los horrores del capitalismo es que la clase trabajadora enarbole la bandera comunista del PLP para aplastar el Estado patronal, sustituyéndolo por un estado comunista de y para nuestra clase.