Partido Laboral Progresista Sobre

LAS ELECCIONES DE EEUU DEL 2008

Elecciones Bajo la Sombra de Guerras Imperialistas

LA CRISIS CAPITALISTA CREA MAS RACISMO, GUERRAS, REPRESION, TIEMPOS DIFICILES Y OPORTUNIDADES REVOLUCIONARIAS

COMO TERMINAR EL RACISMO Y LAS GUERRAS IMPERIALISTAS

¿ELECCIONES O REVOLUCION?

JULIO 2008

INTRODUCCION

Desacreditados en ultramar por las guerras en Irak y Afganistán (que han matando a más de un millón de civiles y más de 4,000 soldados de EEUU), los imperialistas de EEUU (capitalistas con inversiones y fuerzas militares en ultramar) buscan todos los medios para conseguir el apoyo de la población estadounidense. Una gran participación de votantes fortalecerá sus reclamos de que son el "liderato democrático del mundo". ¡En nombre de los trabajadores, no debemos ayudarlos con este timo!

El nuevo presidente será el comandante en jefe de las fuerzas armadas más activas del mundo, cuyas bombas, invasiones y bloqueos han masacrado cientos y cientos de miles de familias trabajadoras en los pasados 25 años en los Balcanes, el Medio Oriente, África, Centro y Sur América.

Ante la distribución mundial de las bases de EEUU, y el tamaño de su aparato militar, el costo (más del 54% del presupuesto gubernamental) y la historia de sus guerras e intervenciones, tenemos que concluir que la política electoral en EEUU es la política del imperialismo.

Contrario a años anterior, cuando casi la mitad de los elegibles se molestaban en votar, los gobernantes hoy esperan que el candidato correcto, financiado por muchos millones y apoyado por una prensa vitoreadota, aumentará el porcentaje de votantes y conducirá a los entusiasmados votantes a una nueva "era" de guerra, dificultades financieras y represión política. En particular, necesitan el apoyo de la juventud y los trabajadores negros y latinos para que sean los soldados futuros del USA-imperio.

Ya sea que los republicanos retengan el control de la Casa Blanca o los demócratas retornen a la presidencia si Barack Obama gana, las ocupaciones de Irak y Afganistán seguirán igual, que crecerá la presencia militar de EEUU en el Medio Oriente. Dejando a un lado las falsas promesas de que "salgamos de Irak", las tropas de EEUU, los mercenarios, bases y las mega-embajadas de EEUU permanecerán. En cuanto al resto del gran Medio Oriente, desde Pakistán, Irán, Afganistán, Arabia Saudita, Egipto, Gaza y El Líbano, no pasa día sin más evidencia del relativo declive del USA-imperialismo y la creciente inestabilidad en esta región tan crítica debido a los recios retos de imperialistas rivales y otros que se oponen al dominio de EEUU— como vimos con la masiva respuesta militar de Rusia respaldando sus aliados en el sur de Osetia contra el gobierno pro-EEUU de Georgia.

Ya sabemos que la respuesta del próximo presidente será de más presencia militar, con interludios ocasionales de negociaciones. Muchas de las tropas para estas guerras provendrán de los inmigrantes a quienes se les promete una vía rápida hacia la ciudadanía de EEUU por medio del servicio militar. Luego siguen la juventud ciudadana con pobres oportunidades de empleo y alimentada con falsas promesas por reclutadores militares. Pero, no bastará con un ejército de tarjeta de residencia o conscripción por pobreza, a la larga, la escasez de tropas no será satisfecha usando costosos contratistas mercenarios, y el abismo tendrá que ser llenado usando el "draft" (conscripción o servicio militar obligatorio), promovido como "servicio nacional" y vendido como "ser voluntario".

Las guerras existentes y venideras no serán baratas. El presupuesto militar total de EEUU ya es de US $1.1 millón de millones por año según el profesor Chalmers Johnson, y subirá mucho más. Cuando suba más, será más dificultoso para que el gobierno de EEUU halle prestamistas extranjeros deseosos de financiar su imperio. Eso traerá más ataques contra la clase trabajadora y los politiqueros impondrán más recortes salariales, de servicios sociales y la infraestructura pública.

Este folleo busca armarnos ideológicamente y ganar a nuestros amigo/as a argumentar agresivamente contra el votar en este circo electoral. Nuestras consignas son: No votar, leer y distribuir el DESAFIO; no votar, organizar contra el racismo y contra las guerras imperialistas; no votar, organizar contra la aceleración del ritmo de trabajo y los convenios sindicales de guerra; no votar, luchar por el comunismo.

LA SITUACION QUE ENFRENTA EL PROXIMO PRESIDENTE DE EEUU

El próximo presidente de EEUU heredará una superpotencia con grandes problemas, y en desesperada necesidad de movilizar su población para apoyar guerras más amplias, el fascismo y reducidos servicios públicos. Por un lado, todavía posee bases militares en más de 100 países, un presupuesto militar mayor que los presupuestos militares combinados de todos los otros países del mundo, con invasiones y ocupaciones militares, una prensa comercial bien astuta, que apoya regímenes represivos, con enorme poder económico y financiero, cientos de poderosos centros teóricos (think tanks) y centros de estudio, vigilancia por satélite de todos los puntos del planeta, y espionaje computarizado de millones de llamadas telefónicas y correos electrónicos diarios. Pero, por el otro lado, el imperio capitalista de EEUU es menos capaz de mantener la lealtad de regímenes antes complacientes, y de no mantener a raya a potencias capitalistas rivales. La realidad es que lentamente pierde control de los recursos del mundo, especialmente el petróleo y sus enormes ganancias.

Al desangrar las guerras de Irak y Afganistán a la economía y el poder militar de EEUU y desenmascarar las debilidades políticas y financieras del gobierno, el enorme costo de estas guerras de ricachones es pagado por los trabajadores, soldados, los desempleados y estudiantes, más fuertemente por trabajadores y la juventud negra y latina. Los costos de guerra pueden ser medidos en sangre. Los costos también pueden ser medidos en recortes de niveles de vida, salud pública, educación, transporte, ayuda financiera a estudiantes, así como otros servicios públicos.

Al reconocer más y más gente las muchas mentiras del gobierno de EEUU sobre Irak, especialmente el cuento de que protegen al público norteamericano del terrorismo islámico, los gobernantes capitalistas desesperadamente buscan persuadir al público que voluntariamente haga más sacrificios para su imperio. Es por eso que han gastado cantidades sin precedentes para ganar al público norteamericano a su agenda militar, y han tenido cierto éxito en eso con la campaña de Obama que ha atraído muchos trabajadores y jóvenes blancos, negros, latinos y asiáticos. Atrapados por la excitación de la campaña de Obama, estos jóvenes votantes esperan que las elecciones del 2008 de alguna manera transformará a EEUU en un país pacifista, no-racista y próspero. No se dan cuenta que lo contrario — guerra y más recortes racistas — es lo que les espera. Ya que los partidos demócratas y republicanos son ambas criaturas del capitalismo empresarial en cada nivel de gobierno, desde los ayuntamientos a la Casa Blanca y el Congreso, ninguna elección cambiará como esperan estos votantes al imperio de EEUU ni hará otros grandes cambios en el sistema capitalista de EEUU.

Este folleto describe las crisis políticas, militares y económicas que causan el frenesí de estas elecciones. Además, muestra cómo funciona el timo de las elecciones y cómo las elecciones son usadas para ganar apoyo para guerras más amplias, el racismo, despidos y vigilancia policíaca. La última sección del folleto muestra cómo, contrario a las elecciones, un movimiento obrero, que lucha para derrocar al capitalismo y su inherente necesidad de guerras y conquistas en ultramar para obtener el máximo de ganancias, es la única estrategia posible para terminar las guerras imperialistas y la represión doméstica.

TABLA 1: Los Asesores de los Candidatos sobre Relaciones Exteriores

Barack Obama John McCain
- Zbigniew Brzezinski, Asesor sobre seguridad nacional de Carter y autor de la Doctrina Carter, que EEUU usará la fuerza para asegurar el petróleo del Golfo Pérsico

- Anthony Lake, Asesor de Clinton responsable por la invasión de Haití

- General Merrill McPeak, activo en apoyo EEUU a la ocupación indonesa del Timor Oriental

- Dennis Ross, Asesor de Clinton y Bush II sobre Israel-Palestina

- Max Boot, Concilio sobre Relaciones Exteriores.

- Henry Kissinger, Secretario de Estado de Nixon

- Brent Scowcroft, Asesor sobre política exterior de Papa Bush

- Colin Powell,Secretario de Estado de George W Bush

 

LO QUE ESCUCHA EL PROXIMO PRESIDENTE DE SUS ASESORES

La edición especial de mayo/junio 2008 de Foreign Affairs, revista del Concilio de Relaciones Exteriores, deletrea la preocupación de los gobernantes de EEUU sobre el rápido declive de su país como superpotencia. Describe en detalles su declive y gama de cambios políticos para, por lo menos, disminuir la velocidad de la caída. Los artículos, como el muy revelador "Las Venideras Guerras Petroleras", de Michael Ross, dejan ver claramente que el próximo presidente de EEUU — sea Obama o McCain — recibirá de sus asesores políticos, militares y económicos informes detallados de un montón de crisis inmediatas con la cual el nuevo gobierno debe lidiar. Como deletrea Foreign Affairs, cuidadosamente pasarán inventario de los retos y conflictos a largo plazo presentados por otros países para EEUU. Los dos candidatos son criaturas de Washington, bien conscientes de las crisis a corto y largo plazo que les dejarán el dúo Bush-Cheney.

Los problemas e intentos de arreglarlas, mayormente en base a fuerza militar, ya han sido identificados. El Concilio de Relaciones Exteriores también trabaja tras bastidores con el Brookings Institution para frenar el declive de EEUU haciendo planes para Irak, Irán, Pakistán, Israel y el resto del Medio Oriente. Reportan en sus páginas digitales que ahora desarrollan "nuevas" estrategias conjuntas para el próximo gobierno. Por tanto, en enero 2009 los candidatos de ambos partidos ya serán parte de un consenso sobre política exterior que incluye continuo dominio por EEUU del petróleo del Medio Oriente, y preparaciones para guerras futuras.

De hecho, según Michael Klare, el corresponsal militar de la revista The Nation, gran parte de esto ya ha sido completado:

"Quizá la expresión más explícita de este consenso elite es un informe de una fuerza de trabajo conjunto llamado Consecuencias para la Seguridad Nacional de la Dependencia Petrolera de EEUU, respaldado por demócratas y republicanos prominentes. Fue divulgado en oct. 2006 por el bipartidista CFR (Concilio sobre Relaciones Exteriores), co-dirigido por John Deutch, vice-secretario de defensa bajo el gobierno de Clinton, y James Schlesinger, secretario de defensa bajo los gobiernos de Nixon y Ford. El informe advierte de los crecientes peligros al flujo seguro de petróleo extranjero, y concluye que sólo EEUU tiene la capacidad de proteger el comercio mundial de petróleo contra la amenaza de obstrucciones violentas, argumentando por la necesidad de una fuerte presencia militar de EEUU en áreas claves de producción y en las rutas marítimas que transportan el petróleo extranjero a territorio de EEUU" (The Nation, 12 nov. 2007).

No se dificulta ver las otras partes de las políticas futuras de los dos candidatos. Por ejemplo, Barack Obama en marzo 2008 despidió a su asesora de política exterior, Samantha Powers, por revelar el plan de Obama a la prensa británica, diciendo que su plan de "salir de Irak" era sólo bajo el mejor de los escenarios de reducir la ocupación pero no de salir totalmente de Irak, y que esa posición fue tomada luego de que Obama consultó con generales del Pentágono en el invierno del 2007. Más recientemente, el programa de "salida por fases" de Obama se ha convertido en una ocupación colonial permanente. Su principal asesor sobre Irak, Colin Kahl, acaba de escribir un informe para el Centro por la Nueva Seguridad USAmericana señalando que "EEUU debería buscar una transición hacia una posición sostenible de sobre-vigilancia (de quizás una fuerza militar de 60,000 a 80,000 soldados) para el fin del 2010" (Diario NY Sun, 4/6/08)

INVIGORANDO EL PATRIOTERISMO

El nuevo presidente ya sabe que su gobierno debe vigorizar más dramáticamente los sentimientos nacionalistas y patrioteros entre el público de EEUU — especialmente entre la juventud — para ganarla a reestablecer el predominio global de EEUU. Obama tenía la razón cuando dijo que el patriotismo significa "voluntad de sacrificios" (Noticias PBS, 30/6/08), y sacrificarse por el imperio de EEUU es lo que los gobernantes requieren. Obama cínicamente apela al sentimiento anti-racista real de las masas de jóvenes y trabajadores para intentar ganarnos a defender los gobernantes de EEUU, una de las pandillas más racista y asesina del mundo.

Y cuando el nuevo gobierno crea que tiene un poco de espacio para reconstruir la fuerza militar de EEUU, probablemente se enfrentará a más crisis en ultramar, especialmente en el Golfo Pérsico y su riqueza petrolera, particularmente en Irán, y en áreas vecinas como Afganistán, que podrían ponerse más fuera de control. Esto entonces crearía aperturas para competidores de EEUU en ultramar, especialmente Rusia y China, ambos de los cuales avanzan económica y políticamente y trabajan por medio de testaferros regionales.

Aunque los candidatos y los medios de prensa gastan miles de millones de dólares para convencer a un cínico público estadounidense que debería renovar su fe en el gobierno que le ha mentido una y mil veces para justificar las guerras de Irak y Afganistán, y ahora queda el trabajo verdaderamente arduo de administrar un imperio global decaído, aunque totalmente armado, hacia su próxima fase. Y los dos candidatos ya nos dan insinuaciones de esta fase, hablando de "puntos calientes" como Irán y Pakistán, y llamando a aumentar aún más el aparato militar de EEUU. Las nebulosas realidades son de una profunda crisis financiera y un mundo extremadamente peligroso e inestable que constantemente da mordidas al imperio de EEUU. Aún si estas crisis son mantenidas en el trasfondo durante la larga campaña presidencial, éstas golpearán con vientos huracanados en enero 2009 cuando tome posesión el nuevo presidente.

RACISMO Y "UNIDAD NACIONAL"

Junto con el patriotismo y el temor de ataques terroristas, los politiqueros de EEUU esperan usar el racismo para ganar la lealtad de los trabajadores, estudiantes y soldados de EEUU, fomentando actitudes racistas hacia los árabes e iraníes, como lo hicieron contra asiáticos durante la Guerra de Vietnam. En la campaña del 2000, McCain usó términos racistas para decir que odia a los vietnamitas y "los odiaré mientras viva" (Diario S.F. Chronicle, 18/2/2000). Desde luego, los vietnamitas son los que tienen muchas razones para odiarlo ya que fue piloto de la aviación norteamericana que bombardeaba a poblaciones civiles durante esa guerra.

Los senadores McCain y Kennedy co-auspiciaron un proyecto de ley de "reforma de inmigración", que hubiera permitido que trabajadores inmigrantes recibiesen tarjetas verdes luego de muchos años de trabajo y sólo luego de pagar enormes multas e impuestos, y aprendiesen inglés. La versión actual incluye la llamada Ley del Sueño (Dream Act), apoyada por Obama, que permitiría que trabajadores indocumentados reciban sus tarjetas de residencia si sirven en el ejército. Estas leyes son parte de la estrategia del capitalismo de EEUU de ganar la lealtad de trabajadores inmigrantes para convencerlos de que tienen cuentas en el rosario del USA-capitalismo.

McCain prácticamente nada tiene que decir sobre el racismo, pero Obama no puede evitar el punto. En verdad no hace campaña contra el racismo. Cuando fueron declarados libres de todo cargo los tres policías que acribillaron al afro-norteamericano Sean Bell de Nueva York, aunque estaba desarmado y celebraba su despedida de soltero, Obama sólo dijo que parecía ser un caso de "uso excesivo de fuerza", y agregó que "respetamos el veredicto otorgado", pidiendo a la gente que no recurriese a protestas violentas contra esa injusticia (Washington Post, 25/4/-08).

En su gran discurso en marzo 2008, declaró que los negros deberían enfrentar "nuestra propia complicidad en nuestras condiciones", en vez de culpar a los capitalistas que se lucran del racismo. Explicó la furia de la gente negra contra el racismo como una recolección de la gente más vieja de la "humillación, dudas y temores" que quedaban de las décadas de los años de 1950 y 60, y dijo que "muchas de la desigualdades que existe en la comunidad afro-norteamericana de hoy se pueden relacionar directamente a los sufrimientos de una generación anterior que padeció bajo el brutal legado de la esclavitud y el racismo al estilo Jim Crow". Obama claramente dice que el racismo es principalmente cosa del pasado, en un momento cuando las desigualdades raciales en ingresos poco han cambiado en muchas décadas, y la población carcelaria de EEUU ha llegado a más de 2.4 millones, 70% de los cuales son negros y latinos. Obama dice que la furia contra el racismo es "divisoria en momentos cuando necesitamos la unidad", la unidad "contra la amenaza del terror", y de una "economía fallida". O sea, la lucha combativa contra el racismo interferirá con las necesidades de los USA-capitalistas.

Pero sabemos que la lucha anti-racista también fortalecerá nuestra clase y nos ayudará a ver otros trabajadores como nuestros aliados y a todos los patrones como nuestros enemigos.

LAS GUERRAS SON INEVITABLES BAJO EL CAPITALISMO

Las realidades económicas y políticas del capitalismo hacen que las guerras, pequeñas o grandes, sean inevitables. La competencia por el máximo de ganancias es parte integra del sistema económico capitalista como la explotación y la superexplotación racista. A la larga eso puede más que la diplomacia capitalista, y con la leña de las crisis financieras, producen conflictos militares en ultramar aunados por el "patrioterismo" y la represión política. Los intentos de dominar todos los rivales y buscar ganancias para las inversiones de las corporaciones de EEUU que explotan a trabajadores en productos manufacturados y agrícolas, en la banca, el petróleo y minerales, en películas y software, en ventas al detalles, especialmente controlando el petróleo, los líderes del imperio de EEUU deben convencer a un público escéptico que apoye los intentos del gobierno, especialmente una inevitable política militar de enviar tropas a los desiertos donde están los pozos petroleros del Medio Oriente. Ejércitos de funcionarios públicos, "expertos", leedores de noticias, periodistas, escritores, guionistas y predicadores evangélicos y liberales serán soltados para intentar engatusar al público de EEUU para que crean que mientras más guerras y más millones son masacrados en ultramar tendremos más paz, mientras más nos apretemos los cinturones, más prosperidad, que más "patrioterismo" y racismo traerán entendimiento humano, y más represión y espionaje traerán libertad. Más recortes racistas impuestos por politiqueros negros, latinos y sus contrapartes blancos, serán empaquetados bajo el cuento de incluir a todos de manera no-racista.

Dependiendo de la audiencia, y secundariamente del vencedor de las elecciones en noviembre, el público será inundado con mensajes de que EEUU libra una lucha a muerte contra el terrorismo islámico, acompañado por caricaturas de villanos de piel oscura con la kafiyas (bufandas de cuadritos), o la necesidad "moral" que tiene el USA-gobierno de ejercer un liderato responsable y proveer "apoyo humanitario" a un mundo peligroso, malagradecido y hasta hostil.

Ya la campaña electoral es un adelanto perfecto de lo que viene. El próximo gobierno y sus operativos de los dos principales partidos políticos harán todo lo posible para evitar en sus comunicaciones el uso de palabras tabúes pero que reflejan la realidad, como petróleo, ganancias empresariales, rutas marítimas, recortes salariales y de beneficios, despidos, reducción del número de empleados por empresas, impuestos regresivos, el servicio militar obligatorio, etc. Vociferarán declaraciones altisonantes de que el pueblo de EEUU vive en un país maravilloso cuyas libertades e igualdad deben ser defendidas de las amenazas extranjeras.

Esto será seguido por llamados vacíos de apoyar las aspiraciones democráticas por todo el mundo, de proteger los derechos humanos, evitar el genocidio, barrer con despostas y "malhechores", dar una mano a los oprimidos, todo para justificar lo mejor posible guerras en ultramar en base a estereotipos racistas de árabes e iraníes. A la larga, estos llamados abiertos a hacer sacrificios reemplazarán la manera cómo George W. Bush desperdició la gran oportunidad que le ofreció el 11 de sept. de 2001, cuando le pidió al pueblo de EEUU que respondiera yendo de compras en vez de prepararse para más militarización de EEUU, incluyendo el servicio militar obligatorio.

VENCIENDO LOS SINDROMES DE LAS GUERRAS DE VIETNAM Y DE IRAK

La tarea prioritaria del nuevo presidente, de acelerar las pasiones patrioteras, enfrentará dos enormes obstáculos: el público es afectado por las guerras en Irak y Afganistán, y muchos siguen recordando la guerra en Vietnam en la cual miles de soldados y marineros norteamericanos se rebelaron contra la jerarquía militar. Considerando que dos tercios del público se opone a la guerra en Irak, el recomenzar la política del servicio militar obligatorio podría causar protestas políticas en universidades por todo EEUU, y un ejército de reclutas resucitaría, con liderato comunista y anti-imperialista, las rebeliones de soldados. Por eso es que el nuevo gobierno intentará enmascarar el reclutamiento obligatorio con el llamado "Servicio Nacional", para intentar desviar los deseos de los trabajadores de juntarse para lo que perciben como el bien común en vez de lo que en verdad es: sacrificarse por los intereses de la burguesía.

En cuanto a Irak como mostraron los testimonios de abril 2008 del General Petraeus y el embajador Crocker ante el Congreso, necesitarán enmascarar una ocupación militar continua y a largo plazo como una victoria inminente basada en proyectadas salidas de tropas de Irak, aunque eso es repetidamente dilatado por crisis "inesperadas". Cuando esos cuentazos ya no causen sus efectos esperados, retornarán a pedidos mal preparados del gobierno títere en Bagdad para que EEUU siga con su presencia militar allí.

Las alternativas pacíficas por las cuales muchos pensaban que habían votado, como la reducción del mega presupuesto militar del Pentágono, revertir los recortes en programas sociales como educación, salud, cerrar las bases de EEUU en ultramar, sacar las tropas de Irak y Afganistán, y dejar de apoyar a gobiernos represivos mantenidos a flote por el gobierno de EEUU, como los de Arabia Saudita, Egipto, Jordania e Israel, serán presentados como la inalcanzable olla de oro al final de la Guerra contra el Terrorismo. En verdad, no habrá retorno a la llamada normalidad. Este escenario sugiere que una posición de principios de no votar producirá recompensas políticas futuras para la lucha anti-imperialista y anticapitalista.

Lo que los candidatos ya saben, pero obviamente no dirán durante la campaña electoral, es que las políticas de dar retirada voluntaria al imperio de EEUU aceleran su declive tan rápidamente como lo haría una derrota militar directa en Irak. En cualquier caso, fuerzas locales en todos los rincones del mundo, tanto populares como élites, rápidamente llenarían el vacío dejado por cualquier salida de EEUU. Muchos de ellos triunfarán una vez que logren el respaldo de un patrocinador internacional, como la Unión Europea, los gobiernos de Rusia o China o sus aliados locales, especialmente las potencias petroleras de Irán o de Venezuela y hasta quizá Brasil en el caso de América del Sur.

ESPERAN DESILUSIONES A QUIENES CREEN EN ELECCIONES

Es por eso que los millones que esperan que las elecciones de noviembre o del futuro por fin elegirán politiqueros que guíen el país por la vía del pacifismo y humanismo, deben prepararse para una gran desilusión. No hay politiquero o grupo de expertos que pueda intentar resucitar un imperio en picada a la vez que mágicamente aumenta los gastos en programas sociales y la infraestructura doméstica, mejorando el nivel de vida de los trabajadores. Aunque podemos entender esas esperanzas, van contra las realidades políticas, económicas y militares que enfrentará el nuevo presidente. No hay manera de afinar o resolver con la diplomacia el declive monetario, la intensificada competencia internacional y las desesperadas respuestas militares que son partes integras del sistema capitalista, y que se ven más claramente en sus crisis como la que hoy en día vemos.

No hay alternativas fáciles inmediatas o futuras a las guerras en Irak y Afganistán, que no sea de enviar más tropas de ocupación a esas y otras áreas del Medio Oriente, especialmente Irán. Por un lado, las opciones tácticas de bombardeos de saturación, diplomacia, gobierno títere, sobornos y mercenarios contratados ya han fracasado. Por el otro lado, las invasiones norteamericanas directas, como las del pasado contra Corea, Cuba, Vietnam, etc., y hoy Irak y Afganistán, cuestan una fortuna, causan estragos a la infraestructura y servicios de EEUU, desmoralizan y aíran a los trabajadores, juventud y soldados, enajenan a aliados potenciales y su récord de victorias militares es pésimo.

ASESORES DEBATEN LAS ALTERNATIVAS SOBRE LA GUERRA IRAK

El 24 de agosto 2007, un editorial del diario New York Times reveló lo que sería un propósito secundario de las elecciones presidenciales de nov. 2008: resolver las diferencias dentro de la clase gobernante sobre la guerra de Irak. El editorial recomendó que EEEUU enfrente su fracaso de no someter a Irak y se recupere de eso para avanzar hacia asuntos más críticos. Saliendo de Irak, escribió el NY Times, el gobierno de EEUU podría reconstruir sus "abatidas fuerzas armadas" para convertirse en una nación "con mejor posición para lidiar con los implacables desafíos de liderato global" — o sea, los desafíos de ser la gran superpotencia imperialista del planeta. Un artículo en la revista Foreign Affairs (sept./oct. 2007) también repite este tema, diciendo que EEUU debe encarar su fracaso en Irak y reconstruir su cuerpo de generales, quienes como mansas ovejas se retractaron cuando Rumsfeld, el ex secretario de Defensa, rehusó otorgarles suficientes tropas para ocupar a Irak. El artículo también llamó a barrer con el mal liderato político y los incompetentes nominados políticos, reformar la prensa, que ayudó a vender la guerra", y mejorar la cooperación entre agencias así como la "capacidad de EEUU de reconstruir países de contrainsurgencia".

La salida de Irak (de la mayoría) de las tropas de EEUU, desplazándolas a bases cercanas, y la reconstrucción de las fuerzas armadas de EEUU para guerras futuras representa un lado del debate sobre cómo lidiar con la derrota de EEUU. Otro lado dice que no hay alternativa que de seguir la guerra a los niveles actuales por tanto tiempo comos sea necesario para vencer. Un tercer punto de vista es una componenda entre los dos bandos, llamando a una reducción de las tropas de EEUU a un nivel que EEUU pueda sostener, llamando eso una salida de la guerra, pero de hecho, permaneciendo por tiempo indefinido para combatir los contrarios islámicos y proteger las importantes instalaciones de EEUU, como las bases militares permanentes y el mega complejo de embajadas de EEUU bajo construcción en Bagdad.

McCain ha hecho campaña por la segunda alternativa, mientras que Obama aboga por la posición de componenda: una salida parcial que falsamente presenta como fin a la guerra de Irak. Ninguno de los candidatos principales ha articulado la primera posición, que por lo general es asociada con el general retirado William E. Odom, una salida completa de Irak. Durante la campaña, sólo dos aspirantes menores a la presidencia, el republicano Ron Paul, y el demócrata Dennis Kucinich, abogaron por la salida total de las tropas. Pero la historia nos ha mostrado que cualquier candidato que gana la presidencia rara vez hace lo que promete o lo que sus votantes esperan que haga, porque el Presidente actúa por los intereses del imperio, no de los votantes.

De hecho, el imperio de EEUU no tiene opciones buenas en cuanto a Irak. Necesita sacar la mayoría de sus tropas de Irak para reconstruir sus fuerzas armadas, pero no puede arriesgar el efecto de dominó de una derrota en Irak que conduzca a la pérdida completa por el USA-imperialismo de todo el Golfo Pérsico. Tiene que quedarse para controlar los abastecimientos de petróleo, sus ganancias y el petróleo mismo que necesitan sus competidores, especialmente China y Europa. Y, también debe evitar que Irán, que pronto podría tener armas nucleares, domine el Golfo Pérsico y el gran Medio Oriente, y quizás hasta conquiste a Arabia Saudita y sus enormes depósitos petroleros.

Los Dos Candidatos Son Halcones

Los candidatos están bien conscientes de estas realidades, y de otros enormes obstáculos que hay que vencer para mantener en la cima al imperio de EEUU. Es por eso que todos abogan por un aparato militar más grande, y como vemos en la Tabla 2, son igual de halcones en otras importantes opciones militares. Reconocen que el gobierno de Bush ha hecho un pésimo trabajo en defender el capitalismo de EEUU, antagonizando a los aliados, ganando infamia mundial por sus torturas y detenciones arbitrarias, no logrando movilizar al público de EEUU para la guerra, y probó ser increíblemente inepto en intentar gobernar a Irak. Los demócratas han acordado con el gobierno de Bush en ciertos puntos, como la centralidad de la guerra contra el Terrorismo (islámico), así como votando a favor de la guerra, de enormes presupuestos militares, por la Ley Patriota, por los tribunales militares, y por la legalización de espionaje electrónico sin necesidad de órdenes judiciales. Cuando se trata de los otros pilares de la política de EEUU en el Medio Oriente, la guerra afgana, la necesidad de controlar a Pakistán, la amenaza de Irán, y apoyar a gobiernos represivos pro-EEUU en Arabia Saudita, Kuwait, Jordania, Israel, Turquía y Egipto, los demócratas están en total acuerdo con el gobierno de Bush. Una salida completa de EEUU significa una victoria para Irán.

TABLA 2: COMO LOS CANDIDATOS SE COMPARAN EN LOS ASUNTOS IMPORTANTES DE GUERRA

Punto Obama McCain
Irak Darle fondos, pero si es posible re-desplazar para otras guerras Mantener niveles de tropas y enviar más tropas a otras áreas del Medio Oriente
Tamaño del Ejércitoi 100,000 tropas más 150,000 tropas más
Guerra al Terrorismo Enfoque principal de política exterior de EEUU Enfoque principal de política exterior de EEUU
Afganistán Escalar esa guerra Escalar esa guerra
Israel y Palestina Seguir con misma política de incondicional masiva ayuda militar Seguir con misma política de incondicional masiva ayuda militar
Presupuestos Pentágono Votó por todos Votó por todos
Irán Es gran amenaza – todas las opciones en la mesa Es gran amenaza – todas las opciones en la mesa
Arabia Saudita y otras monarquías del Golfo Pérsico Apoyo total sin importar violaciones derechos humanos Apoyo total sin importar violaciones derechos humanos
Conscripción Militar Iniciar programa de servicio nacional Expandir programa Americorp
Bases USA M. Oriente Mantenerlas todas Mantenerlas todas
Turquía y PKK Pequeños ataques dentro de Irak permitidos Pequeños ataques dentro de Irak permitidos

Auge de Potencias Rivales

Las fortunas de EEUU han cambiado mucho desde la II Guerra Mundial, cuando como vencedor surgió con como la mitad de la producción industrial mundial y sólo enfrentaba un gran adversario, el otro gran vencedor militar de la guerra, la Unión Soviética. Pero este mundo bipolar terminó en 1989-91, cuando la Unión Soviética se desplomó y voluntariamente abandonó su imperio, retorciendo de la Guerra Fría, y se transformó desde un capitalismo estatal a uno de mercado. Este sismo produjo una breve era unipolar cuando EEUU se convirtió en la única superpotencia del mundo y cuando muchos liberales y socialdemócratas esperaban un "dividendo doméstico de paz" para revivir los programas sociales liberales. En vez, el gobierno de Clinton siguió con el armamentismo que hoy continúa en su 12vo año.

Pero, este momento unipolar, rápidamente terminó cuando EEUU halló que era parte de un mundo multipolar en el cual otras potencias rápidamente surgían y competían con EEUU. Desde el 2000, esta tendencia ha aumentado rápidamente, y EEUU ahora enfrentaba a una Rusia en resurgimiento, una China creciendo a gran velocidad y una Unión Europea madurada y consolidándose. Mientras que Europa podría ser un aliado potencial de EEUU, la mayoría de los países de la UE han escogido una camino de separación gradual, y fortalecen sus nexos con Rusia y China. Esto, de hecho, es una de las grandes razones que han sido renuentes en enviar refuerzos militares o ayuda financiera para salvar a EEUU de sus desastrosas invasiones de Irak y Afganistán.

El fin del dominio sin desafío por EEUU ha significado que muchas potencias regionales, como Irán y Venezuela, que en el pasado eran controladas por el gobierno de EEUU, lo han retado abiertamente. Además, su reto ha fortalecido sus gobernantes y les ha ganado apoyo de Rusia y China. Además ha atraído apoyo del público de muchos países impresionado por Chávez de Venezuela y Ahmadineyad de Irán cuando se enfrentan a EEUU, sea usando fuerte retórica o con acciones de bajo nivel, como negocios petroleros y financieros.

En resumen, el nuevo presidente, cuyo modo de campaña le permitió ser más cándido, ahora debe persuadir al publico USAmericano de que EEUU se enfrenta a un eje islámico-ruso-chino-iraní-venezolano, con muchos países y movimientos nacionalistas, como en la India, en la lista futura, los cuales aunque sólo prueban el agua, pero si el poder e influencia de EEUU siguen decayendo, a la larga se unirá al eje anti-EEUU al menos que EEUU tome acciones militares preventivas contra ellos. Pero ese ataque vendría con grandes riesgos, y si falla, que es probable, aceleraría, y hasta diera reversa, al declive del imperio norteamericano. El eje anti-EEUU entonces podría crecer con más velocidad.

Tabla 3: El auge de otras potencias imperialistas en directa competencia con EEUU

1) El crecimiento de China como una potencia económica y política, y a la larga militar. Aunque China dice que tendrá un auge pacífico como potencia mundial, China surge en todos los frentes como el principal competidor de EEUU. El auge de China surtirá un enorme impacto en la economía de EEUU ya que ha tenido muchos triunfos en África, América del Sur y el Medio Oriente. Su fuerza militar también expande rápidamente en tamaño y capacidad tecnológica. Además, sólo faltan unos años para que China compita con EEUU en importantes frentes militares, como el establecimiento de una naval mar azul y capacidad de guerras espaciales.

2) El resurgimiento de Rusia. Luego de 15 años en el hoyo, Rusia ha pagado todos sus préstamos hechos con bancos occidentales y se ha establecido como un importante jugador en el terreno mundial, exportando petróleo y gas natural, y controlando oleoductos en la Unión Europea. Rusia ha dejado ver claramente que responderá a cualquier escalamiento militar o diplomático de EEUU, y con su historial militar y reservas financieras es una amenaza creíble. Ya que es el segundo exportador mundial de gas y petróleo, sus reservas financieras crecen, llegando a US $500,000 millones. Este dinero es hoy usado para hacer inversiones domésticas y en ultramar.

3) La Unión Europea representa una población y una economía mayor que la de EEUU y depende de Rusia para sus necesidades energéticas. Sus países claves están renuentes a dar más apoyo a EEUU en Afganistán o Irak. Queda por ver el que la UE seriamente acuda a la ayuda de EEUU en las otras crisis que ya han comenzado y que seguirán desarrollándose entre el 2009-2013, como en Irán. Sin embargo, la verdadera prueba vendrá cuando la Unión Europea sea obligada a elegir bando entre EEUU por un lado y el eje Rusia-China por el otro.

Ocaso del Petróleo

Estados Unidos, como todos los otros países, tiene una economía y tecnología basadas en el petróleo y el gas para su energía, transporte y miles de productos industriales irremplazables, como textiles y fertilizantes. En el futuro inmediato, para reemplazar el petróleo no hay energía comparable ni fuente química disponible para EEUU o cualquier otro país. Es por eso que el USA-gobierno no tiene otra opción sino que tomar más riesgos, en particular para su fuerza militar que cuesta un millón de millones anuales para controlar, por tanto tiempo como sea posible, los recursos petroleros que quedan en el planeta, además de las rutas claves de acceso energético. Quien controle estos puntos de botella, como los 80 kms de anchura del Estrecho de Ormuz, colocado entre Irán y los Emiratos Árabes Unidos, tiene una palanca extraordinaria contra las potencias competidoras.

Además, otrora EEUU era el mayor productor mundial de petróleo, pero hoy importa una gran porción de su petróleo y gas, mayormente desde Canadá, México, Colombia, Venezuela y Arabia Saudita. Aunque el Medio Oriente, principalmente el Golfo Pérsico, posee dos tercios de las reservas petroleras mundiales recuperables, al presente esa área no es un gran suplidor de EEUU, pero si lo será en las próximas décadas. Para dar fuerza a eso, el nuevo gobierno admitirá la conclusión del informe del 2001 del gobierno de Bush sobre Política Energética Nacional, el cual resumió de manera muy franca la deteriorada situación petrolera de EEUU:

Nuestra proyectada creciente dependencia en importaciones petroleras es un serio desafío a largo plazo. La seguridad económica de EEUU y la de nuestros socios comerciales seguirán acercadamente conectadas a desarrollos en el mercado petrolero global…. A pesar del progreso en las pasadas dos décadas en diversificar nuestros abastecimientos petroleros, EEUU y las economías globales siguen vulnerables ante grandes interrupciones de los suministros petroleros. —National Energy Policy Report, 2001, p. 1-13

Este informe es claro en que al aumentar la demanda total de EEUU de gas y petróleo, y al no poder los suplidores del Hemisferio Occidental seguir siendo capaces de mantener sus niveles de producción, EEUU no tendrá otra opción que importa creciente cantidad de petróleo y gas del Medio Oriente. A pesar de los enormes costos financieros, la degradación ambiental y repercusiones políticas debido a este curso de acción, la era post-petrolera no vendrá por muchas décadas o más. No es una opción viable para los gobiernos actuales de EEUU y por venir. Se requerirán cientos de miles de millones de dólares en investigación e inversiones a través de muchas décadas para hacer la transición desde el petróleo y gas a la hoy imaginaria era post-petrolera de alta tecnología. Aún entonces el gas y petróleo remanente, así como combustibles y tecnologías alternas, serán increíblemente lucrativas y una fuente de continuo conflicto militar. La competencia económica por esas ganancias entre corporaciones y sus compinches militares no se detendrá con el declive del petróleo, simplemente se mudará a nuevas guerras por recursos sobre combustibles alternos y sus áreas geográficas. El capitalismo se basa en la competencia por el máximo de ganancias y, hasta que sea destruido y reemplazado por un sistema comunista basado en producción para satisfacer las necesidades de los trabajadores del mundo, los capitalistas competirán por las ganancias petroleras o por las ganancias de cualquier fuente energética.

EEUU no sólo necesita estas ganancias petroleras del Medio Oriente para mantener su propia economía y fortalecer las ganancias de las principales corporaciones de EUU, sino que además el petróleo juega un importante papel estratégico militar. Desde la I Guerra Mundial, todos los ejércitos modernos dependen del petróleo para librar guerras. Cualquier potencia militar con un aparato militar y amenazas creíbles, como EEUU, necesita el petróleo para su maquinaria militar, y EEUU es el mayor consumidor mundial de petróleo. Por ende, necesita controlar el abastecimiento y las rutas de transporte del petróleo para sus propios fines, y como un arma estratégica contra la competencia y adversarios. Si de nuevo EEUU pudiese asfixiar los ejércitos de sus enemigos negándoles petróleo, como hizo contra los ejércitos y marinas de Japón y Alemania durante la II Guerra Mundial, entonces EEUU podría mantener por mucho tiempo su posición dominante en el sistema mundial.

Por el otro lado, si los imperialistas rivales de EEUU pudiesen evitar que el aparato militar de EEUU no tenga acceso al mismo petróleo, esto sería un escenario en que los USA-imperialistas intentarían masacrar millones de gente trabajadora para evitarlo. En su obra "Rising Powers Shrinking Planets", Michael Klare señala lo vital que el petróleo es para los ejércitos imperialistas. "Durante la II Guerra Mundial, el aparato militar de EEUU consumió un galón diario de petróleo por soldado; durante la primera Guerra del Golfo de 1990-91, la tasa subió a cuatro galones diarios por soldado; en la guerra del gobierno de Bush en Irak y Afganistán, saltó a 16 galones diarios por soldado". Por un lado, los USA-imperialistas nunca abandonarán el control de una materia prima tan vital; por el otro lado, las potencias imperialistas rivales nunca cederán pacíficamente su control monopolizado por EEUU.

Todos los Candidatos Apoyados por el Gran Capital

La irremplazable importancia financiera del petróleo del Medio Oriente también explica por qué el gran capital, especialmente Wall Street, como vemos en la Tabla 4, ha sido tan generoso en financiar las campañas políticas de Barack Obama, de la ex candidata Hillary Clinton y de John McCain. Para ellos, el cálculo es bien directo: "El que paga es el mandamás". Ya que hasta ahora Obama ha sido el candidato que más jóvenes ha atraído a su campaña, se ha convertido en el candidato favorito de los mandamases.

TABLA 4: Los Principales Tres Contribuidores Empresariales a Obama, a la ex Candidata Hillary Clinton y a McCain.

(Según el Centro por Política Responsable)

Barack Obama Hillary Clinton John McCain
Goldman Sachs (Principal fuerza política de Wall Street. Sede del ex secretario de tesoro y del actual). Goldman Sachs (Principal fuerza política de Wall Street. Sede del ex secretario de tesoro y del actual). Citigroup (Mayor banco de EEUU y del mundo, y los sauditas son sus mayores accionistas)
UBS (el mayor administrador de riqueza del mundo, en gran parte propiedad de la familia real Saudita) Citigroup (Mayor banco de EEUU y del mundo, y los sauditas son sus mayores accionistas) Bank Rome (cabildeadores de Shell Oil y Chiquita Banana)
J.P. Morgan Chase (banco de los Rockefeller, con vínculos cercanos con Exxon-Mobil) Morgan Stanley (banco de Wall Street con grandes inversiones en el Medio Oriente) Greenberg Traurig (Buró de abogados de la Alcoa Corporation) law firm)

Crisis Domésticas

Las crisis financieras significan que la clase capitalista intentará obligar a la clase trabajadora a pagar más — por medio de crecientes impuestos sobre la venta y tarifas combinadas con salarios, beneficios y servicios reducidos — para que el gobierno de EEUU realice sus guerras energéticas. Por ejemplo, el pedido en abril 2008 por el presidente Bush de US $108 mil millones adicionales para la guerra en Irak fue por encima de sus otras masivas propuestas presupuestarias cuyas metas es de asegurar los abastecimientos, rutas y ganancias petroleras, y mucho menos para las críticas inversiones domésticas a largo plazo también necesarias para una bien aceitada maquinaria bélica. Las escuelas para producir oficiales, torneros especializados y los soldados del futuro que puedan operar en un campo de batalla de alta tecnología requieren clases pequeñas y conocimiento tecnológico, y nada de eso se logra a bajo costo. Aulas sobre-pobladas y computadoras anticuadas del siglo 20 no servirán para esos fines. Además, las comunicaciones y transporte, tanto para la gente como para mercancías, deben ser de alta calidad, no mediocres comparadas a las que existen en Europa y Asia, para que EEUU pueda mantener su poderío militar, económico y político por tanto tiempo como sea posible. Por lo tanto, los impuestos y otros cobros a los trabajadores subirán. Esto será un ataque racista, azotando a los trabajadores negros y latinos mas mal pagados pero a la vez lesionando a todos los trabajadores y profesionales. Por lo tanto, la lucha contra el racismo es clave para luchar por los intereses de todos los trabajadores. También subirán los impuestos de los ricos, como parte del precio para pagar por su imperio.

Además, para expandir hasta el futuro indefinido su presupuesto militar que tiene 12 años corridos de subida, EEUU requerirá una cantidad de mejoras industriales domésticas relacionadas a la producción bélica. Las viejas industrias relacionadas a la producción bélica deben ser revividas y modernizadas mientras que se deben establecer industrias nuevas, especialmente en el sur y suroeste de EEUU donde los salarios son bajísimos y no hay sindicatos. Esto también significa que nuevos segmentos de la población, especialmente trabajadores negros y latinos con salarios bajos, deben ser entrenados y reclutados para esas industrias, algo similar al rol jugado por las industrias bélicas de EEUU durante la II Guerra Mundial. Los trabajadores en las plantas tradicionales y sindicalizadas verán su nivel de vida atacados, ya que las plantas "de herencia" seguirán el camino de las subcontratistas. Pero, estos obrero/as súper-explotados pueden convertirse en una alternativa abiertamente revolucionaria a pesar de los mejores esfuerzos de la nueva administración presidencial de adoctrinarlos para que políticamente apoyen a la maquinaría de guerra.

Las limitaciones financieras de esos ambiciosos planes se deben a una enredada lista de fracasos económicos los cuales los gobiernos estatales y el federal no son capaces de revertir — excepto por medio de recortes contra-productivos y bien impopulares en servicios esenciales, infraestructuras públicas, salarios, beneficios y condiciones de trabajo. Estas fallas se deben a las contradicciones básicas del mismo sistema económico capitalista. No hay curitas, como los "estímulos" de retornos de impuestos por el gobierno de Bush o rescates masivos de bancos comerciales y de inversiones cambiarán las siguientes tendencias fundamentales:

Masivo y Creciente Endeudamiento Público

La deuda a nivel federal crece por US $550 mil millones al año y hoy suma US $9 millones de millones, 44% de lo cual es controlado por ansiosos inversionistas extranjeros. La mayoría de este dinero prestado es requerido para pagar por los gastos militares de EEUU de un millón de millones de dólares por año, incluyendo las guerras en Irak y Afganistán. Esto significa que estas dos guerras continuas son financiadas por compradores extranjeros de los instrumentos de deuda federal, como los bonos del tesoro. Esta situación es casi una copia de la guerra revolucionaria de EEUU en el 1776, la única otra guerra de EEUU financiada por prestamistas extranjeros, en ese caso Francia. Desde entonces hasta ahora, todas las otras guerras de EEUU fueron financiadas por medio de préstamos domésticos. Pero, los prestamistas extranjeros lentamente ya empiezan a sacar sus inversiones existentes y nuevas, fuera del dólar debilitado, una tendencia que sólo puede ser frenada aumentado las tasas de interés. Estos inversionistas ahora compran bienes, mercancías y otras monedas.

El otrora todopoderoso dólar de EEUU, la moneda mundial de reserva, rápidamente pierde su valor debido al colapso de la crisis de hipotecas de alto riesgo (subprime) y la enorme deuda con prestamistas extranjeros. Un resultado son las grandes alzas en el precio de la gasolina. Otro, es que muchos inversionistas extranjeros reducen sus bienes en dólares y muchos inversionistas norteamericanos que ven la realidad gradualmente cambian su dinero, acciones y bonos a otras monedas, especialmente al euro. Queda por ver por cuánto tiempo más los capitalistas extranjeros seguirán financiado las deudas de EEUU.

Crisis Económica y Económica Más Profunda

La crisis de hipotecas subprime ahora se ha recrudecido y se ha convertido en el más serio bajón económico de la historia reciente. Grandes bancos de EEUU han tenido cientos de miles de millones en pérdidas. La Reserva Federal sigue metiendo dinero en los mercados financieros para ayudar a los grandes bancos, y ahora, para evitar otro colapso como el que casi tomó lugar en Bear Stearns, pero esta infusión de cientos de miles de millones de dólares no ha estabilizado estos mercados. Los bancos comerciales ahora están menos deseosos de financiar la expansión comercial, ni ofrecen los prestamistas el crédito fácil del pasado. Y ya que la clase trabajadora es azotada aún más por los impagos de hipotecas, despidos y el no poder tomar prestado usando el decaído valor de sus casas y las alzas en los precios de gasolina y alimentos, todo eso hace que la clase trabajadora recorte en todo menos las cosas esenciales. Esto, junto a la sobreproducción de mercancías manufacturadas que siempre resulta de un sistema competitivo y no planificado, comienza a afectar a la economía más amplia. Esta recesión podría ser prolongada, resultando en medidas aún más desesperadas por una clase gobernante de EEUU que debe derramar y derramará ríos de sangre obrera para mantener su decaído poderío.

El Crecimiento del Fascismo

Los ataques económicos contra la clase trabajadora antes mencionados son partes importantes del creciente fascismo en los lugares de trabajo de EEUU. En otras áreas también vemos eso. Aún antes del 11-Sept, el gobierno de EEUU pasó varias leyes a mediados de la década del 1990 que prepararon la base para el fascismo legalizado. En el 1999 y el 2000, la bipartidista Comisión Hart-Rudman predijo un ataque no muy lejano tipo Pearl Harbor en territorio de EEUU. La Ley Patriota y la Agencia de Seguridad Interna, ya en preparativos antes del 11-Sept, fueron puestas a funcionar despiadadamente, inmediatamente luego del ataque contra las torres gemelas. Desde entonces, han ocurrido un montón de cambios legales que han avanzado aún más el fascismo, incluyendo creciente espionaje político, investigaciones de "terroristas" que han apresado a una gran cantidad de trabajadores árabes y musulmanes falsamente acusados, la institucionalización de tribunales y evidencias secretas, terrorismo contra trabajadores inmigrantes por medio de redadas masivas y deportaciones y el visto bueno de la mayoría de estas acciones por el sistema judicial. El propósito de estas leyes, y el histerismo político que ha llevado a su aprobación, es para crear un clima de temor entre amplios sectores de la población y para movilizar a trabajadores para librar la "guerra contra el terror", que es un cuento para convencerlos de que peleen y mueran en guerras imperialistas para evitar que los rivales de EEUU tumben del tope a los gobernantes de EEUU. El ala principal de los capitalistas de EEUU también usan su sistema legal para disciplinar otros capitalistas que no siguen la línea de los grandes ladrones (Bear Starns es un ejemplo), y usar como ejemplo a otros (patrones de una empacadora de carne en Iowa acusados de emplear trabajadores inmigrantes indocumentados).

¿Qué Hacer?

Aunque EEUU todavía tiene el imperio más poderoso del mundo, es tan sólo el sucesor de imperios coloniales europeos, todos los cuales produjeron guerra, racismo, muerte y opresión. Tanto antes como hoy, las leyes económicas del capitalismo inevitablemente producen competencia, expansión imperialista, dominio y guerra. Entre las grandes potencias imperialistas, las rivalidades económicas sistemáticamente descienden hacia la guerra, acompañada por represión, cárcel, fervor patriotero, racismo hacia extranjeros y minorías domésticas, reducidos niveles de vida y aumentos masivos en el aparato militar. El capitalismo, por su propia naturaleza, lleva a competencia económica, que a la vez lleva a racismo, guerra y fascismo. Sólo eliminando el capitalismo, podemos eliminar sus guerras, racismo y represión. No hay bola mágica para esta enorme tarea, pero hay modelos históricos.

Desde octubre 1917, cuando los trabajadores rusos dirigieron una revolución y tomaron el poder durante la I Guerra Mundial, los capitalistas del mundo han estado conscientes de que el genio anticapitalista puede salirse de la botella de guerra durante sus crisis profundas. Es cuando la guerra y el fascismo surgen de las rajaduras del capitalismo, y cuando los trabajadores, soldados y estudiantes están más abiertos a las ideas revolucionarias si se les son presentadas cuidadosamente a través de un largo período de tiempo. Es por eso que los gobernantes de EEUU, como los del resto del mundo, ahora impulsan con tanta fuerza al patriotismo, el nacionalismo y el racismo. Conocen los potenciales riesgos políticos de sus guerras más amplias.

Es también por eso que gastan tanto dinero en elecciones, intentando ganar nuestra lealtad hacia líderes como Barack Obama. Cuando otros politiqueros, como Antonio Villaraigosa, el alcalde de Los Ángeles, quien despide a empleados municipales para emplear más policías, pide que ICE cese sus redadas contra inmigrantes, en verdad no está del lado de los trabajadores sino que quiere que los inmigrantes sigan en EEUU como mano de obra súper-explotada y patriota, quienes voluntariamente envíen sus hijos e hijas a las guerras en ultramar.

El luchar contra las guerras imperialistas y la represión es algo bueno porque estas luchas forjan unidad para batallas aún más importantes. La única solución verdadera, la lección que debemos llevar a estas batallas, es de deshacernos del sistema económico del imperialismo que constantemente crea guerra, racismo y fascismo. Si sólo tratamos los síntomas y no las causas, si apoyamos a candidatos presidenciales que dicen ser anti-guerra, no avanzamos esas metas. No debemos dejarnos atrapar por las tramas para dar legitimidad al imperialismo y caer en el fascismo. En vez, necesitamos organizar y unirnos a un movimiento de trabajadores, soldados y estudiantes para eliminar al imperialismo y al capitalismo y reemplazarlo con el comunismo, una sociedad sin clases, sin ricos patrones explotadores y su sistema imperial. Necesitamos un sistema donde produzcamos para satisfacer las necesidades de los trabajadores del mundo, no las ganancias de los guerreristas racistas, un sistema sin explotación, sin ganancias, sin racismo ni guerras imperialistas.

Necesitamos aprender de los grandes logros y de los errores de revoluciones del pasado para luchar directamente por el comunismo y no por una "casa a medias" que el socialismo, que no logró eliminar el sistema de esclavitud asalariada y su desigualdad, y por lo tanto dio retorno al capitalismo.

Como parte de la lucha contra la guerra y el fascismo, llamamos a los trabajadores, estudiantes y soldados a unirse con el Partido Laboral Progresista en algunas o todas de las siguientes maneras:

En las universidades: Los estudiantes pueden ayudar a combatir el reclutamiento y el entrenamiento para militares en sus universidades. Los estudiantes pueden desenmascarar y combatir a la planificación en sus universidades de política imperialista, igual que al entrenamiento para "seguridad nacional" y para la policía y CIA, y a la investigación con fines militares.

Combatir el Racismo: Los estudiantes, trabajadores y soldados deben combatir y derrotar todas las formas de racismo en sus filas, combatiendo contra los crecientes ataques policíacos, enfrentar los grupos anti-inmigrantes y la educación pésima y desigual. Además necesitan oponerse a las leyes como la "Ley del Sueño" (Dream Act) que busca que los inmigrantes se unan al ejército prometiéndoles residencia legal. Necesitamos combatir la mentira de que los inmigrantes, en vez de los patrones, causan el desempleo.

Los Lugares de Trabajo: Los obrero/as industriales deben luchar por una política antiimperialista en sus sindicatos y en sus fábricas, estén o no sindicalizadas. Los trabajadores tienen una posición estratégica en la economía que les da mucho más poder que los estudiantes. Los trabajadores en industrias de defensa militar y transporte pueden organizar para luchar contra la aceleración del ritmo de producción, condiciones inseguras, por la unidad de obrero/as con o sin sindicatos y construir grupos revolucionarios en sus trabajos. Pueden rehusar transportar armas a otros países, como hicieron algunos estibadores durante la guerra de Vietnam y sus contrapartes contra la guerra en Irak.

En las Fuerzas Armadas: Los soldados y sus familias deben organizar para evitar desplazamientos de tropas, rehusar realizar atrocidades, resistir la jerarquía militar y combatir el racismo, para preparar para un futuro en el cual las tropas pueden voltear sus armas contra los imperialistas, como ocurrió una y otra vez durante la guerra de Vietnam.

Partido Laboral Progresista: Más importante, los estudiantes, trabajadores y soldados deben unirse al Partido Laboral Progresista y luchar para dar fin a la miseria y carnicería del capitalismo haciendo la revolución proletaria, y luchando por el comunismo.

Expandir el número de lectores del DESAFIO. Durante este período de creciente propaganda burguesa, millones de trabajadores están abiertos a la discusión política. Con una meta de duplicar la circulación de nuestro periódico y luchar por el comunismo, podremos aprovechar eso. Redes del DESAFIO-CHALLENGE se pueden convertir en la base de un partido revolucionario mucho más grandes en fábricas, cuarteles y escuelas.

Conclusiones:

Lo más importante que los anti-racistas, anti-imperialistas y comunistas podemos hacer durante estas elecciones presidenciales de EEUU es hacer campaña para llevar a otros, especialmente a los trabajadores industriales y soldados, las ideas de crítica importancia que presentamos en este folleto.

Primero, hoy entramos en otro periodo histórico de crisis económica, guerra y fascismo, todo eso producto de las operaciones y contradicciones internas del capitalismo.

Segundo, históricamente estas crisis profundas han dado auge a poderosas fuerzas históricas, que luego de la I Guerra Mundial dieron nacimiento a la revolución bolchevique en Rusia, y luego de la II Guerra Mundial a la revolución en China.

Por eso es que decimos que la historia ha mostrado que las guerras mundiales traen tanto peligro, como la carnicería de millones, así como oportunidades, en el potencial de una revolución comunista. Pero las revoluciones no ocurren automáticamente. Sin la organización de un masivo partido comunista internacional, con profundas raíces entre trabajadores, soldados y estudiantes, seguiremos enfrentando otro infernal futuro capitalista.

Debemos preparar la intensa pero paciente lucha a largo plazo para que los trabajadores, soldados y estudiantes puedan unirse bajo un liderato rojo capaz de convertir las venideras guerras imperialistas en guerras por el poder obrero y el comunismo.

POR LO QUE LUCHAMOS

El Partido Laboral Progresista (PLP) lucha para destruir el capitalismo — la esclavitud asalariada. Mientras que los patrones y sus portavoces dicen que el "comunismo ha muerto", el que verdaderamente ha sido un gran fracaso para miles de millones por todo el mundo es el capitalismo. El capitalismo retornó a la Unión Soviética y a China porque el socialismo no logró barrer con muchos aspectos del sistema de ganancias, como los salarios y la división del trabajo. Por eso el PLP lucha directamente por el comunismo.

Al prepararse los patrones del mundo para guerras petroleras, y a la larga para a III Guerra Mundial, el PLP organiza obreros, estudiantes y soldados para convertirlas en guerras revolucionarias por el comunismo. Esta lucha por la dictadura del proletariado requiere un Ejército Rojo masivo liderado por el PLP comunista.

El comunismo significa trabajar juntos para construir una sociedad basada en necesidad. Aboliremos los salarios, el dinero y las ganancias. Todos compartirán los beneficios y las cargas de la sociedad.

El comunismo significa abolir las naciones. Una clase obrera, un mundo, un Partido.

El comunismo significa abolir el concepto de razas y el racismo. El comunismo significa abolir la opresión de las mujeres obreras y la división entre géneros.

El comunismo significa que el Partido dirige todos los aspectos de la sociedad. Para que esto funcione millones de trabajadores—a la larga, todo el mundo—deben ser ganados a ser organizadores comunistas. ¡Únetenos!

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